viernes, 1 de febrero de 2008

Fofito, el comienzo.

Venga joven amor… no te andes más por las ramas y cuéntanos la historia de Fofito –dijo Clueca-

Está bien, -respondí- os contaré mi testimonio:



Los caminos de la felicidad siempre son tortuosos, como si de un bosque oscuro se tratara, las ramas caídas, una senda casi borrada por el paso del tiempo, una débil neblina que fluye en el ambiente, un ave rapaz, en la lontananza haciendo su característico graznido…

Lo veo, lo veo, Joven Amor –matizó Macaria- Continúa con la historia.

Pues bien, una mañana como otra cualquiera, me encontraba yo tranquilamente en mi casa desplumando a una gallina para hacer caldo, cuando llamaron a la puerta.

¿Quién sería? Esta pregunta fue lo primero que vino a mi mente, la vecina a la que le debía un cartón de huevos y una ristra de chorizo desde hacía ya bastante tiempo… ¡no! No podía ser ella, mi gentil culito, en un acto de gallardía se los había devuelto. ¡Culito, ese hombre…!

¡Anda Joven Amor sigue con la historia que todas sabemos ya que Culito es un sinvergüenza! – me increpó Clueca.

-Está bien. Continúo. Me dirigí rauda y veloz como una gacela hacia la puerta, cogí el pomo con todas mis fuerzas y ¿a que no sabéis lo que pasó?

¡No!, ¡Qué pasó!- me preguntaron con intriga al unísono Macaria y Clueca

Que la abrí, obviamente... Y cuál no fue mi sorpresa cuando vi ante mí a un hombre de mediana estatura con un complemento en la nariz un tanto perturbador.

¡Hola! – me dijo muy amablemente- Mi nombre es Fofito, de la compañía Fofito Salud , somos Payasos.

Ah, encantada – le respondí- la verdad es que no me suena ¿a qué se dedican ustedes?

Muy sencillo señorita –me dijo el gentil hombre- seguros médicos.

¿Ah si? – respondí un poco extrañada.

Claro, claro, señorita –continuó el muchacho- tenemos Fofito Dental, Fofito Autónomos, Fofito Accidentes, Fofito Hospitalización, y por supuesto nuestro producto estrella ¡Fofito Sorpresa!

¿De veras? – Le dije- ¿y en qué consiste ese producto?

Muy sencillo señorita, según varios estudios de la Universidad de Albama y Wisconsin de los USA, las pequeñas alegrías, aportan más vitalidad y por tanto alargan la vida y mejoran la calidad de la misma. Igualmente estos estudios puntualizan, que aún más, las fiestas sorpresas con Payasos, crean unas endorfinas en la zona del lóbulo temporal del cerebro, que a su vez provocan que el individuo posea una salud más fortalecida.

Vaya, vaya, - comenté muy sorprendida- y ¿Cuánto cuesta?

-No se preocupe por el dinero señorita, el que gasta en salud invierte en su propia vida. No tiene algún pariente, algún ser querido al que quiera impresionarlo de verdad, hacerle un regalo verdaderamente útil.

-No sé, No sé, quizás a mi novio, Culito, le podría interesar…

-Por supuesto señorita, seguro que a su novio Pedito le va a encantar.
-No es Pedito, se llama Culito - le corregí.
-Claro, claro, Culito... él seguro que sabrá apreciar sin duda un regalo de estas características. Aquí le dejo mi tarjeta para que usted se lo piense, y recuerde…. ¡el que gasta en salud, invierte en su propia vida!






1 comentario:

El Tirador Solitario dijo...

Confiese, Joven Amor, usted está a sueldo de alguna corporación sanitaria, eso sí, no sé si la del logo, o de alguna DC (Distinguida competencia...).